Crear el Journey del empleado es una prioridad para las empresas. Sin duda, las compañías tienen claro que deben poner a las personas en el centro: cliente y empleado, para lograr éxito en sus objetivos de negocio.
La llegada de un mundo globalizado, conectado y más transparente, con la llegada de nuevas generaciones exigentes como los “millenials” (generación Y) y “centennials” (generación Z) están cambiando las reglas del juego. Exigen un journey del empleado memorable donde sientan que la empresa los cuida en cada una de sus etapas como empleado de la organización y les permite “estar más que a gusto” en su lugar de trabajo … ¡Todo un reto!
Cuando hablamos de diseñar la experiencia del empleado, es fundamental diseñarla de cara a la cultura que tenemos declarada y establecida para ser consistentes y coherentes con lo que somos, decimos y hacemos. Un journey del empleado debe contener, más allá de lo convencional (inducción, formación, desarrollo, salida), los rituales/momentos que hacen que la compañía se diferencie, sea única, especial y esto es lo que al final los va a conectar con la empresa. Todo lo que contenga el journey debe fortalecer la cultura requerida/declarada.
Un tip que quiero dejar, y que a veces no tenemos en cuenta a la hora de diseñar el journey, es pensar, en primer lugar, que los rituales que identifiquemos SI apunten a fortalecer la cultura declarada, y en segundo lugar y más importante, que en su mayoría sean rituales que apelen de manera significativa a la emoción.
En una era cada día más digitalizada, donde la sociedad cada día está más estresada y saturada, lo que deben hacer las empresas es que sus empleados vivan verdaderas experiencias. A través de las experiencias vivimos sensaciones y sentimos emociones.
Cada paso en el journey del empleado puede ser una palanca importante que impacta tanto en la cultura como en el rendimiento. Trabajar sobre cada hito clave, ayuda a las organizaciones a comprender cómo están apoyando a sus empleados para que tengan éxito y dónde necesitan poner más el foco.
Cuando se hace bien, ayuda a las personas a alcanzar su máximo potencial más rápido y los mantiene en la organización por más tiempo. Ofrecer una experiencia del empleado superior, además, puede brindar a los empleadores una ventaja competitiva en atraer a buenos profesionales en la guerra por el talento que hoy se vive en el mercado laboral.
Entonces, para resolver la gran inquietud, ¿Cómo se relacionan la experiencia del empleado y la cultura? La cultura, es la forma como hacemos las cosas en la empresa, y la relación que se teje entre los diferentes puntos (tecnología, infraestructura, líderes, procesos, entre otros) y la experiencia del empleado es la forma como se tangibiliza ese quehacer, cómo se vive la cultura, eso que declaramos que somos, en qué creemos, cómo lo hacemos, qué nos mueve, llevarlo al día a día.
Una cultura sólida y fuerte facilitará una buena experiencia del empleado, pero la cultura incluye muchos aspectos más.
Por: Cristina.
Miembro de la Comunidad Coltura.